viernes, 4 de septiembre de 2009

ya no podemos seguir hablando de Castaneda,
es el siglo veintiuno y el bondi está por llegar,
mientras dejamos que pase de a chorritos
nuestro tiempo y juventud mirándonos,
o soy yo sola
la que deja que se pase
mi juventud desgastándola,
en esta pubertad
interminable
de mierda

veo mi dibujo
desvalijado y, en fabuloso contraste
la quijada de uno solo de los retratados.
ahí,
frente a mis ojos
haciéndome entender
que aquel sector sale sin mirarlo ya siquiera:
el hueso
de la mandíbula
de la persona que no posó
un sólo ojo en mí en todo el largo de noche,
en mi cuello blanco, libre y perfumado
a veces
sos vos la oveja
paradita bandeja de plata respirando bajito
viendo en contrapicada perfecta
las texturas en la campera,
la barba crecida las tazas
la hiena que no derrama un centímetro
de su baba hermosa;

a veces
la gente es una almeja abierta al medio
como una doblepágina
ofreciéndote sus partes blandas.
y yo
estoy cansada
de sonreírle al vacío escénico
cual nena descubriéndose en silencio
cuando retiene el pis.

yo me subo
él dice chau yo digo chau sonrío
se lleva hacia su casa, sin cara cómplice
sin darse vuelta para mirarme,
ni una sola vez.